Recientemente, la Cámara de Diputados de México aprobó por unanimidad, por 472 votos, 0 en contra y 0 abstenciones, la regulación de las grasas trans. Según la OMS, este tipo de grasas matan a 13,153 mexicanos cada año, así como hasta 500,000 personas en todo el mundo.
El proyecto de ley aprobado adiciona el artículo 216 Bis a la Ley General de Salud y determina que “los aceites, grasas comestibles, alimentos y bebidas no alcohólicas no contendrán aceites parcialmente hidrogenados”, que son precursores de las grasas trans. Además, los “alimentos, bebidas no alcohólicas, aceites y grasas” no pueden tener más de dos partes de grasas trans de producción industrial por cada 100 partes de grasas normales.
Anteriormente, el Senado Mexicano había aprobado una medida en octubre 2021 que se esperaba fuese aprobada posteriormente por la Cámara de Diputados. Por su parte, la OMS ha venido pidiendo la eliminación mundial de estos aceites desde 2018.
¿Qué son las grasas trans y por qué debemos preocuparnos por ellas?
Las grasas trans, también conocidas como ácidos grasos trans, son el resultado de un proceso llamado hidrogenación. Durante este proceso, se añade hidrógeno a las grasas insaturadas para hacerlas más saturadas, lo que las ayuda a resistir el calor y las hace más sólidas a temperatura ambiente.
Dicho de otro modo, las grasas trans son un tipo de grasa insaturada que se procesa químicamente a partir de aceites vegetales para hacerlos semisólidos a temperatura ambiente.
Este proceso puede utilizarse en aceites vegetales para crear margarina y manteca, ambos ingredientes habituales en alimentos procesados como galletas, galletas saladas, pizzas congeladas y alimentos fritos como las patatas fritas. Las grasas trans pueden encontrarse en pequeñas cantidades en productos animales como la carne, la leche y los huevos.
Se ha demostrado que estos aceites elevan los niveles de colesterol LDL y reducen los de colesterol HDL. Esto aumenta el riesgo de enfermedades cardiacas, diabetes de tipo 2 y otros problemas de salud.
Las grasas trans también reducen la capacidad del organismo para combatir la inflamación, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades como la diabetes, la obesidad y el cáncer.
Por qué debemos considerar prohibir las grasas trans en alimentos y bebidas
Las grasas trans se han relacionado con muchos problemas de salud. De hecho, algunos estudios han demostrado que el consumo de alimentos con ácidos grasos puede aumentar en más de un 50% el riesgo de padecer enfermedades coronarias.
En 2013, la FDA exigió a los fabricantes de alimentos que indicaran el contenido de grasas trans en las etiquetas nutricionales. Desde entonces, ha habido una disminución significativa en la cantidad de grasas consumidas por los estadounidenses. Sin embargo, estos aceites no son considerados seguros por la FDA, así que prohibió agregarlos a los alimentos en 2018.
Por otro lado, La Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo un llamado en 2018 para eliminar estos ácidos grasos trans de la alimentación mundial para 2023.
Bajo este escenario, se puede evitar el consumo de ácidos grasos consultando las etiquetas de los productos alimenticios envasados. Evitando los que contienen aceites parcialmente hidrogenados o completamente hidrogenados.
Países que han prohibido el uso de ácidos grasos trans en alimentos
Canadá y Estados Unidos cuentan con legislaciones que prohíben el consumo de esos aceites. En Latinoamérica, Bolivia, Brasil, y Paraguay tienen normativas para eliminarlos. Siendo estos países los que ya los han prohibido desde el 2009 en Chile, 2010, Argentina, 2012 Colombia, 2013 Ecuador, 2015 Estados Unidos, 2016 Perú, 2017 Canadá, y en 2017 Uruguay.